miércoles, 2 de junio de 2021

Cierres de centros de salud, control sobre Telemadrid y sin presupuestos aún



Teniendo en cuenta la situación sanitaria actual que vivimos, Ayuso está más centrada en modificar la ley de Radio Televisión Madrid para designar una nueva dirección en Telemadrid y cargarse a la actual o en cerrar determinados centros de salud -41 de los 49 de la Dirección Asistencial Centro-, que en aprobar unos presupuestos que llevan sin serlo desde 2019, mientras, eso sí, discute con Vox sobre el veto parental y el IRPF

Pero, volviendo al tema del cierre de los centros de salud, llevamos sufriendo el cierre total de los servicios de Urgencias de los centros de salud desde hace ya más de un año, no se atiende en la Atención Primaria ni las noches, ni los fines de semana ni los festivos. Y ahora, Sanidad madrileña afronta los meses de junio, julio y agosto con un déficit de plantilla de unos 1.800 profesionales entre Enfermería y Medicina de Familia, sin olvidar las 574 plazas de médicos de cabecera y las 150 de Pediatría sin cubrir.

Un ejemplo ilustrativo, solo 17 sanitarios de 224 que terminan su especialidad en la Comunidad se quedarán a trabajar aquí. ¿Por qué? Porque las condiciones que ofrecen en otras comunidades son evidentemente mucho mejores.

Pero todo esto no parece tener la menor importancia para la flamante ganadora de las elecciones del 4 de mayo, cuyo bagaje de gestión se reduce a sacar adelante una única ley aprobada -cómo no, otra reforma de la normativa de suelo-, una presidenta que no ha sido capaz de aprobar un presupuesto en dos años, pero que pasó de 30 a 65 escaños, quedándose a cuatro de la mayoría absoluta. En realidad nada se le puede reprochar, ya lo dejó claro en campaña “nadie debe esperar mucho ajetreo legislativo en este segundo mandato”. Para ella solo tiene sentido una cosa, la idiosincrasia madrileña a la que reduce a un mediocre precepto "la libertad", si por esta libertad entendemos menos restricciones a la hostelería y, cómo no, una lucha feroz contra Pedro Sánchez y este Gobierno de comunistas, filoetarras e independentistas. Qué pena que estas malhadadas frases efectistas capten más atención que sus paupérrimas acciones de Gobierno.

El Plan de Atención Primaria que se nos viene encima, ideado por el Gobierno de Ayuso recortará al menos 2.000 empleos en los centros de salud y consultorios. Y lo que asusta es que estos recortes huelen a privatización y subcontratas. Y es que esta reducción de la inversión en los centros sanitarios públicos recuerda mucho al plan de privatización que propuso en su día el consejero de Sanidad en el Gobierno Aguirre, curiosamente actual consejero en funciones de Hacienda. Sí, hablamos de Lasquetty, un plan de medidas que afortunadamente fue paralizado tras la movilización de la Marea Blanca.

Y lo más vergonzoso es aprovechar la pandemia para hacer esto. Después de haber afrontado el Covid-19 con un sistema sanitario endeble por los recortes, ahora, en lugar de reforzarlo, lo desmoronan del todo. Porque, está claro, esta gente, no cree en la sanidad pública y la atención de los pacientes, pese a las carencias que ya están sufriendo, les trae sin cuidado.

Hay quienes solo llegan a la política para decorar su castillo de cristal en vez de tratar de buscar el interés general con su buen hacer. El buen político debe serlo y no parecerlo pese a que hoy en día las redes sociales ponen muy fácil esto segundo. Es lamentable que la Comunidad de Madrid esté gobernada por esta impresentable a la que no se le exige más que aplaudir sus propias tonterías. Es preocupante que este tipo de gente de atrezzo escale puestos y llegue a un gobierno. La consecuencia es esta España maravillosa que tenemos en la que nos sobran casos de corrupción y nos falta política de altura. Pero el pueblo vota y decide, todos conocemos la frase “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”, es curioso que lo dijera uno de los máximos exponentes del pensamiento conservador en contra de las ideas de la Ilustración como era, Joseph de Maistre, pero bueno, por algo lo diría él, supongo.

lunes, 12 de abril de 2021

Ciberamor



El proceso prácticamente es el mismo siempre. Entras al sitio, elaboras un perfil, miras las fotos y lees las presentaciones que las acompañan, andas un rato por allí y alguien se fija en ti. O tú en alguien. Llegan las conversaciones, después las llamadas telefónicas y, si eres valiente, algún encuentro.

Matilda (el nombre es ficticio) tiene 53 años y hace algunos meses utiliza la red, en principio solo para charlar y pasar un rato agradable. Aunque..., hay un problema: Mide 1,30 m., es muy pequeña. Tiene acondroplasia, es de nacimiento y afecta a las extremidades con huesos de forma que no pueden crecer bien. Matilda está siempre rodeada de amigas pero, con los hombres, la cosa cambia.

Matilda le está sacando partido al invento del siglo. Y, como ella, cada vez más gente que descubre internet como un excelente lugar para empezar nuevos amores.

Matilda sabe mucho de ligues a ciegas. Con la pandemia, reencontró a un chico con el que hacía tiempo que no hablaba. Él estaba un poco hecho polvo, igual que Matilda, y sus conversaciones fueron derivando hacia una relación más intensa. Unas semanas más tarde, él le propuso conocerse, ella sintió miedo, porque se veía fea. Por eso le sugirió que se encontraran en una habitación de hotel, a oscuras. Y quedaron, y se encontraron, y se conocieron de todas las formas posibles..., excepto por la vista. En este caso todo salió bien, pues él padecía el mismo mal, solo tenía cinco centímetros más que ella. Así que formaron pareja, y que yo sepa hasta día de hoy. Planean una boda en cuanto pase todo esto del Covid. 

Internet puede dar mucho juego a la imaginación, lo que pasa es que a veces ese juego de imaginar está sujeto de antemano a un puñado de mentiras bien hiladas por uno o por los dos interesados. No obstante si todo es verdad, te puedes hacer una idea previa de cómo es el que está al otro lado, de su forma de pensar, de la forma de tratar a la gente, de su educación, de si tiene faltas de ortografía o no..., aunque, al final, escribes tan rápido que ya te saltas los puntos y las comas. Eso también es cierto.

Muchos dicen que la vida que llevamos de estrés y prisas es la culpable de que los chats de citas sean el mejor lugar para empezar una relación. Lo corroboran las muchísimas historias que la gente suele contar, otra cosa es que sean ciertas...

Pero, ¿por qué internet está reemplazando tan rápidamente a los bares, las librerías e incluso los grandes centros comerciales como lugares para conocer gente? Se han escrito muchos libros y novelas sobre el tema, desde aquel "Men are from Mars, Women are from Venus", han aparecido novelas como, "As Francesca", de Martha Baer, o "Chat", de Nan McCarthy, donde se describen siempre romances "online". Hay incluso una película, la japonesa "Haru", donde dos personas se conocen en un fórum electrónico sobre cine. Hoshi, la chica, salta de un trabajo a otro. Haru, el chico, vende sopa para supermercados. Sus vidas se van mostrando gradualmente, se revelan detalles el uno a la otra en sus cartas electrónicas. ¡Ah! Y no dejemos de lado uno de los cuentos del libro "Crystal Express", de Bruce Sterling. "La dolorosamente simple Red local filtraba las emociones humanas para convertirlas en un simple canal de palabras impresas, dejando sólo una elevada esencia platónica. Su relación se había convertido en un romance clásico, desapasionado, espiritual en su sentido más intenso y peligroso. Los seres humanos no estaban hechos para vivir tales roles". Así lo expresa Sterling.

La intimidad y las precauciones de seguridad destacan fuertemente en las relaciones virtuales. "Men are from cyberspace" advierte que "las personas que conoces online son extrañas" por lo que recomienda que las citas se hagan en lugares públicos. Es decir, que en la primera cita, es mejor quedar para tomar un café; así, si no estás bien, puedes irte con la excusa de que tienes trabajo, por ejemplo. La prudencia es norma esencial. No dar el número de teléfono, no creer todo lo que se lee, tal vez Mariano sea Marianela, y otra cosa importante es restringir el acceso a la propia vida privada. Al margen de esto, por qué no, disfruten del ciberamor, a veces todo es real.




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